






Tipo de coche |
Utilitarios deportivos |
Tamaño |
Pequeño |
Largo/ancho/alto |
3,9/1,7/1,4 metros |
Maletero |
211 l. |
Seguridad |
Potencia, comportamiento, calidad de los acabados
Precio elevado, habitabilidad trasera
Desde el año 2014 Mini tiene a la venta el Mini John Cooper Works Hatch. Se trata de la variante más deportiva de la tercera generación del Mini, desde que BMW cogiera sus riendas en 2001.
Este Mini John Cooper Works Hatch se caracteriza por su excelente comportamiento y diseño diferenciado. Gran parte de este éxito en el comportamiento se debe al propulsor de gasolina de dos litros y cuatro cilindros con 231 CV de potencia. Este motor es el mimo que el del Cooper S, solo que en el Cooper S ofrece 192 CV. Además, desde primavera de 2019 incorpora el filtro de partículas lo que le permite cumplir con la normativa Euro 6d-TEMP.
El Mini John Cooper Works Hatch destaca por incorporar una nueva plataforma, un motor más eficientes, más amplitud interior, más equipamiento… Pero empecemos primero con una de las grandes novedades: la plataforma. Estrena una nueva estructura de BMW que es conocida como F56. Se trata de una plataforma que también sirve de base a todos aquellos modelos de la marca con tracción delantera. El primero en usar esta plataforma es el Mini, pero después también la han incorpora el BMW Serie 2 Active Tourer, el BMW Serie 2 Gran Tourer y el nuevo BMW X1.
Pero volviendo de nuevo al Mini, el estreno de esta nueva plataforma le ha supuesto a este modelo crecer ligeramente en sus dimensiones. Así, este nuevo Mini mide 3,87 metros de largo, 1,72 metros de ancho y 1,42 metros de alto. Comparado con el anterior Mini -el Mini 2- este nuevo modelo es 10 centímetros más largo, 4 centímetros más ancho y 2 centímetros más alto. Por tanto, la mayor diferencia se aprecia sobre todo en la longitud, que es mucho mayor la del Mini 3. A ello hay que sumar que la distancia entre ejes también ha cambiado. Ha pasado de los 2,46 metros a los 2,49 metros, lo que supone un incremento de 3 centímetros.
Estas mayores dimensiones, unido a la mayor batalla, a los voladizos más cortos y a las vías también más anchas hace que el nuevo Mini ofrezca un mayor espacio interior sin necesidad por ello de que cambie su fisonomía. Además, otra contrapartida de esta evolución es el mayor tamaño del maletero. En concreto, el nuevo Mini 3 cubica una capacidad de 211 litros, lo que supone un incremento de alrededor de 50 litros respecto al modelo que le precede.
Una vez comprobamos que el espacio interior es ligeramente mayor, respecto al el Mini 2. En concreto, ahora tanto los ocupantes de delante como los de la segunda fila disponen de más anchura y de más espacio para las piernas. El espacio libre al techo continúa siendo similar. De ahí que cuatro adultos puedan viajar con relativo confort, incluso en las plazas traseras.
En cuanto a su estética es muy continuista. De hecho, a veces incluso nos puede llegar a costar bastante distinguir un Mini 2 de un Mini 3. Quizás, la mejor forma de saber si estamos ante el Mini 3 es (además de por su frontal y la parrilla) por su estética ya que el Mini 3, al ser más largo, es como más achatado.
A todo ello hay que sumar otros grandes cambios en el interior. El más importante es que se mantiene la pantalla central esférica de la consola. Sin embargo, esa pantalla pasa a estar dotada con un display en el que se ofrece mucha información. Así, por tanto, el velocímetro pasa ahora a estar detrás del volante. A nuestro juicio esta solución es mucho más adecuada. Y es que si algo era complicado en los anteriores Mini era la lectura del velocímetro en la consola.
Potencia, comportamiento, calidad de los acabados
Precio elevado, habitabilidad trasera