






Tipo de coche |
Descapotables |
Tamaño |
Grande |
Largo/ancho/alto |
4,6/1,9/1,3 metros |
Maletero |
241 l. |
Diseño, calidad de los acabados, motores potentes.
Precio elevado, habitabilidad justa.
Desde el año 2016, Mercedes-Benz está comercializando un nuevo SL. Se trata de una puesta al día del SL que comenzó a venderse en 2012 y que se corresponde con una nueva generación -la sexta- de este modelo. Con estos cambios este SL se mantendrá en el mercado hasta la llegada de una próxima generación que podría estar lista para el año 2019.
Entre los cambios que afectan al nuevo SL, destaca una parrilla actualizada, unos grupos ópticos más vanguardistas, mecánicas más potentes y eficientes, una nueva caja de cambios de 9 marchas y un mayor equipamiento.
Comenzando por los motores, todos ellos de gasolina, encontramos el SL 400, con un motor de V6 de 3 litros y 367 CV. Le sigue el SL 500, con un V8 de 4,7 litros y 455 CV. También un V8 lleva el SL 63 AMG aunque esta vez tiene una cilindrada de 5,5 litros y 585 CV. Y por último, la estrella de la gama es el SL 65 AMG, con un V12 de 6 litros y 630 CV.
Todos estos motores presentan un consumo de combustible más eficiente y mejoran en potencia y prestaciones. Esto se debe a la evolución propia de los motores, pero también a la introducción de una caja automática de doble embrague 9G-Tronic, con nueve velocidades. Se trata de un cambio automático completamente nuevo que sustituye al anterior de siete marchas. En las versiones AMG, el cambio no varía.
Lo que tampoco varía es el enfoque de este modelo. El SL de 2016 continúa siendo un biplaza descapotable con un techo rígido que se pliega y despliega de forma automática. En concreto, se necesitan un total de 20 segundos para plegar o desplegar la capota, que ahora está fabricada en magnesio. También como novedad cabe destacar que ahora este techo eléctrico se puede plegar y desplegar a mayor velocidad. En concreto, hasta los 40 km/h.
Junto a esta característica, cabe señalar que también está desarrollado en aluminio, lo que ha permitido reducir el peso del vehículo y, además, dotarle de una mayor rigidez estructural. Esto también se ha conseguido introduciendo, además del aluminio, magnesio. En concreto, el nuevo SL es entre 100 y 150 kilos más ligero y tiene una rigidez estructural un 20% mayor.
Aunque el SL es un modelo minoritario para Mercedes-Benz es importante ya que presenta todo un alarde de tecnología. Hay que pensar, en este sentido, que el SL es un coche que se lleva vendiendo desde la década de los 50. De ahí que este modelo cuyas siglas SL significan Super Leve sea todo un icono para la marca de Stuttgart. Además, también es el cabrio con más historia en la marca alemana.
Además, tal y como ocurre con el SLK, el techo de este Mercedes está disponible en la misma pintura de la carrocería, en cristal o en el Magic Sky Control, que consiste en cristales tintados según la luminosidad del día.
Algunas alternativas al Mercedes SL podrían ser el Audi R8 Spider, el BMW Serie 6 Cabrio (con cuatro plazas), el Chevrolet Corvette Convertible, el Jaguar F-Type Convertible o el Maserati GranCabrio.
Frente a todos ellos, el SL tiene una estética especial. Su diseño ofrece distinción, con un capó largo, una zaga bastante ancha (de hecho ha crecido en 6 centímetros la anchura respecto a su antecesor). Asimismo, también ha mejorado en lo que a aerodinámica se refiere con un Cd que ha pasado de 0,32 a 0,27.
Siguiendo con el apartado de dimensiones, el SL presenta una longitud de 4,61 metros de largo, una anchura de 1,87 metros y una altura de 1,31 metros. Su distancia entre ejes es de 2,58 metros. Con estas medidas, si lo comparamos con el SL anterior, vemos que ha aumentado ligeramente –unos 5 centímetros- y es más aerodinámico: se ha pasado de un CX de 0,32 a 0,27.
Entre las novedades que incorpora este modelo en 2016 sobresale el ‘Active Body Control’. Se trata de una suspensión que inclina ligeramente la carrocería hacia el interior de la curva. Con esta solución, Mercedes-Benz evita que la carrocería balancee mejorando así el comportamiento.
Otra innovación es el sistema Magic Vision Control, que es una forma diferente de expulsar agua por medio de los limpiaparabrisas. Estos disponen de tres modos (verano, invierno y cabriolet) y en los extremos del limpiaparabrisas aparecen unos orificios de donde sale la cantidad necesaria de agua.
Una vez en marcha, el SL destaca por su enorme confort de viaje. A pesar de que las ventanillas no tienen marca, una vez que lo conduces a alta velocidad el ruido aerodinámico no se cuela en el interior del habitáculo. Incluso con el techo retirado el nivel de confort es alto ya que Mercedes ha incorporado elementos como el Airscarf, que expulsa aire caliente en la nuca para disminuir las turbulencias de aire frío cuando la temperatura exterior es más baja.
También es interesante el paravientos de accionamiento eléctrico. Basta con pulsar una tecla para que este paravientos se levante y proporcione un mejor confort interior.
Eso sí, el Mercedes SL, aunque es dinámico y confortable, desde aquí pensamos que no tiene el nivel de un Porsche. Probablemente en el Mercedes estés más a gusto, pero en el Porsche sientes todo más: la dirección, la suspensión, la carretera, el motor… Son sensaciones que al final te hacen que un coche te enamore más que otro. Aun así es digno reconocer a Mercedes que el SL es un coche que tiene una gran historia detrás, con muchos años a sus espaldas, seis generaciones y un diseño muy personal que sigue estando de actualidad.
Diseño, calidad de los acabados, motores potentes.
Precio elevado, habitabilidad justa.